Un día, a finales de 1998 (creo que ya había comenzado el mes de diciembre) recibí una llamada de Agustín Medina, a la sazón Presidente de La Banda de Agustín Medina, y quedamos aquella misma tarde en su agencia para charlar acerca de mi futuro profesional. Al parecer, Begoña Cuesta, que había sido mi jefa en Bassat Ogilvy & Mather, le había hablado de mí en términos muy positivos y, sabiendo que en aquellos momentos me encontraba en las listas del paro, había decidido ponerse en contacto conmigo. Seguir leyendo