Cuando Casadevall se volvió madrileño.

Casadevall&Pedreño 8 junio 92

Una tarde de mediados de 1992 salí por la puerta de Slogan para no regresar jamás. Unas semanas antes, el director de arte con el que trabajaba, el genial brasileño Eduardo Martins, y yo habíamos dicho sí a una oferta de José Luis Esteo para incorporarnos a la oficina madrileña de Casadevall & Pedreño, la gran agencia barcelonesa fundada y dirigida por dos de los próceres de la publicidad española (la C y la P de RCP). Para entonces, Slogan había dejado de ser la agencia que había conocido cuando entré en ella. Se había marchado mi mentor, Fernando Vallejo, y también su primer Director General, José María Piera. La última «deserción» había sido la de José Luis Esteo, y precisamente ahora, Esteo nos reclamaba para participar en un proyecto que prometía ser uno de los más sonados del panorama publicitario de entonces. Una vez más me hallaba en el lugar adecuado y en el instante adecuado, y una vez más el destino me demostraría que en este oficio es mejor permanecer siempre con los pies sobre la tierra. Seguir leyendo

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Jóvenes, éramos tan jóvenes.

¿Por dónde iba? Ah, sí. Estaba a punto de iniciarse la década de los 90. Yo era joven, rebelde, intrépido. Acababa de ser fichado por Slogan, una de las mejores agencias de publicidad de Madrid. La vida me sonreía. Bueno, bueno, sin exagerar…, también había algún que otro nubarrón en aquel cielo límpido y azul que era mi existencia. En cualquier caso, aquél fue un momento muy importante en mi carrera profesional. Como alguien me dijo, «estaba en el lugar adecuado en el instante adecuado». Slogan Madrid era la agencia de la que todo el mundo hablaba: no solo porque había logrado reunir a algunos de los profesionales más reputados del panorama nacional, sino, y principalmente, porque había comenzado a trabajar para la cuenta de la ONCE, lo que suponía un aluvión de dinero para la empresa, así como un enorme aumento de su prestigio de cara a posibles clientes. Seguir leyendo

El hombre de la lluvia llega a Slogan

Rain-ManUna noche del otoño de 1989 salí del Metro y comencé a caminar por el Paseo de La Habana en busca del número 200. Llovía intensamente y había olvidado el paraguas en casa, sin embargo, andaba sin demasiada prisa y completamente enfrascado en mi pensamientos. Aquella noche tenía una importante cita en Slogan, la agencia de publicidad que en aquellos momentos era el centro de atención de todo el sector, pues había conseguido hacía poco la cuenta de la ONCE tras incorporar en su staff a algunos de los profesionales más prestigiosos de la publicidad española Seguir leyendo