Sin duda, todos habréis captado el sutil juego de palabras que he establecido entre mi apellido y el título de este blog. Pero hay algo más: desde que comencé a navegar en el procelosos océano de la publicidad (bonita metáfora, ¿eh?) siempre quise ser ese creativo silencioso y pensativo al que se le ocurre la idea genial que transforma una campaña sin gracia en una campaña ganadora. Seguir leyendo